Mientras los pokemones chilenos son el engendro de una noche de juerga entre el reggaeton y el emo, en Omaha se cruzaron el country con el indie más lloroso para insipirar a don Conor Oberst para rebautizarse Bright Eyes o más bien chantarle ese nombre a su proyecto solista. En el fondo, un adolescente mamón con inquietudes musicales que vale la pena ver. Mucho más que el fatuo Camilo Sesto o ese facho de antología que es Roberto Carlos.
Dicen que dicen que el 18 de julio de este año estará en el incómodo, maloliente y mustio cineartenormandie. Atenti porque después anda llorando que no le dicen.
24 mayo 2008
Ojitos brillosos
Publicadas por feña a la/s 7:38 p. m.
Etiquetas: cantautores mariconcitos
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